martes, 25 de noviembre de 2014

El GPS, Gaby, Willie, Giova & yo - Debbiann Centeno Quintana




Entre la desesperación por el paso del tiempo, la calidad atmosférica y los días invertidos que parecieron ser perdidos (porque de seguro no habría el mejor PDOP), se supuso comenzar nuestra aventura de recolección de datos que nos dirigía hacia el área # 3 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Un Campus que nunca había experimentado y  mucho menos caminado. Pensar que nuestros pasos parecían no tener fin, hacían de esta expedición una para nunca olvidar. Comienzo relatando que nunca pensé estar un sábado en la UPRRP junto a mis compañeros que (riéndonos por no llorar) ,  al madrugar nos encontramos con un GPS descargado que tendríamos que esperar hasta el mediodía para utilizar. Esto es sólo el inicio, pues la travesía carga con grandes recuerdos de los que hoy nos reímos. 

Deseosos por comenzar, luego de salir a almorzar porque mi inquietud ya desesperaba a todos, tomamos el GPS rumbo a nuestra área. El  lugar  sólo lo conocía nuestra guía turística, Gabriela, mientras Willie y yo aprendíamos a reconocer lugares para poder saber dónde estábamos ubicados en caso de que nos perdiéramos, pues ante un grupo medio inquieto, pero responsable, todo es posible. Al llegar al punto de inicio, frente a la Facultad de Ciencias Naturales, unos minutos pensamos que el dispositivo no se iba a conectar. Y es que  entre roja y verde, la pantalla del instrumento provocaba nerviosismo,  sabíamos si podríamos ser  capaces de recolectar los datos. Ya conectado, verificamos el PDOP (4.4), la cantidad de satélites presentes y comenzamos a recolectar aceras enfocándonos en su condición.

Motivados, nos dimos cuenta de la incertidumbre presente al momento de delimitar el área a estudiar, pues el reconocer hasta donde termina la recolección en el perímetro era distorsionado por la continua presencia de árboles en el lugar. Ante estas circunstancias, más el clima un poco inestable, nos dimos cuenta que las líneas que supuestamente trazaban aceras aparecían como si estuvieran por encima de los edificios y al recolectar con puntos nuestro primer letrero institucional sólo aparecía en los atributos la opción estatal. He aquí cuando entró el pánico, pensábamos que nos saldría bien de primera instancia, pero no fue así. Como prepas en su primer día de clases, nos encontrábamos nosotros, aprendices de una nueva tecnología que si no fuera por la práctica en el salón de clases y en el campo con Alondra, ni siquiera hubiésemos sabido como recolectar. 

Con dichas circunstancias presentes y la preocupación de que no cuadraban los atributos en la base de datos creada con los que aparecían en el GPS detuvimos el trabajo para caminar un largo trecho hacia el laboratorio lo que cambio el horario de inicio de 12:30pm a 3:47pm, tiempo inesperado donde se experimentó, se recorrió y se enmendaron los errores que al parecer en primera instancia nadie sabía a qué se debía. Queríamos hacer hasta una base de datos nueva, no obstante, luego de revisar la base de datos, Gaby en conjunto con Willie, Giova y yo encima de la computadora, se percató del tamaño de los “lenghts” al momento de escribir los atributos. Con unos 10 “lenghts” marcados para una palabra como institucional, jamás podría ser ejecutada, pues se excedía del tamaño indicado. Ahí estaba el truco que nunca habíamos experimentado, pero nos habíamos percatado. Ya habíamos solucionado lo que pensaba que fuese un problema mayor. En cuanto a las líneas, todos preocupados buscábamos una respuesta en estudiantes presentes con la respuesta menos esperada; eso siempre pasa… también nos pasó… Interesante por demás, todos como que respiramos, nos tranquilizamos y decidimos tomar fuerzas para continuar. Definitivamente, no es lo mismo conocer la teoría, que la practica en su totalidad.



Ya con más seguridad, regresamos al campo, reconociendo que nos encontrábamos entre las facultades de Ciencias Naturales, Arquitectura y Bellas Artes; un espacio amplio, y diverso. Allí entre lecciones de vida, conteo manual y experiencias vividas hasta ahora en la escuela, comenzamos a recolectar desde el inicio las aceras que bordeaban el perímetro, sumadas a todas las aceras que entre los edificios se situaban, pasando el GPS de mano en mano para tener la experiencia de un trabajo compartido. Entre líneas que marcaban y otras que no, buscamos repetir lo que nos faltaba corroborando los pasos necesarios para la adquisición de datos. Nos acordábamos mutuamente lo que se debía hacer en el GPS, repasando lo aprendido en clase para poder lograr nuestro objetivo. Como primerizos, lo que alguien pudiese hacer en corto tiempo, ese primer día nos tomó más de lo que pensábamos, pero se pudo recolectar parte del trabajo. Era sábado, terminamos a las 4:50pm. Si llegábamos tarde con el GPS al laboratorio, imagínese como nos mirarían, para reírse, no; el tiempo esta monitoreado. Sin embargo, terminamos el día con grandes expectativas reconociendo que a pesar de las limitaciones pudimos unificar esfuerzos y conocimientos para salir adelante.

Con ímpetu y energía, ansiosos por culminar la recolección, nos encontramos los tres mosqueteros el lunes 10 de noviembre desde las 9:00am para prepararnos y caminar juntos hasta iniciar a las 10:00am la recolección de rótulos, vallas y aceras que faltaban. Willie como todo un experto inicio la recolección, mientras Gaby y yo identificábamos lo que nos faltaba, marcábamos los tramos y realizamos un conteo manual de los datos recopilados. Entre intercambios de labores, lluvias, sol y viento nos decidimos que sin importar las circunstancias tendríamos que terminar la recolecta de datos. Así que, acampando de rato en rato conociendo cada rincón de la universidad, corriendo y huyéndole al agua que no se decidía si caer completa o por segmentos, puedo decir que Willie y yo no sólo recolectamos, sino que fuimos instruidos por Gaby en la famosa cultura de la IUPI, momentos para siempre recordar.



Entre circunstancias fuera de nuestro control, pudimos concluir con nuestra recolección a las 1:30pm, ahora pidiendo al cielo que el check in se pudiera dar de forma correcta, porque si no, comenzaría otra nueva historia, esta vez creo que sería menos divertida. Ya de camino al laboratorio, ya no era Gaby, la guía, sino que entre nuestras risas por sus ocurrencias, era Willie quien ahora nos daba el tour de la IUPI poniendo en función lo aprendido. Al llegar al laboratorio nos percatamos que estaba cerrado, por lo que decidimos reunirnos a las 5:00pm para ver si todo el esfuerzo podría ser concretado al momento del check in. 

Ya con la colaboración de Giovanni, pudimos realizar el proceso con éxito. El check in funcionó. De esta forma, pudimos identificar la recolección con poli línea de 37 aceras bajo diversas condiciones  (25 buenas, 8  regulares, 4  malas). Utilizando punto demarcamos 16 vallas de control de acceso condiciones similares (11 buenas, 2 regulares, 3 malas) que se encontraban en áreas que controlaban (3 tránsito, 13 estacionamientos) y que se destacaban por dar acceso a   (11 entradas, 5 salidas). En adición, recolectamos 91 rótulos con punto que estaban en múltiples condiciones y usos (68 buenos, 9 regulares, 14 malos) (42 estatales, 49 institucionales, 0 promocionales) para una recolección total de 144 componentes en el área # 3. Dichos atributos fueron consultados por los integrantes del grupo en consenso al momento de realizar el feature class en la base de datos para igualar la descripción de los datos que serían recolectados.[1]
 
Con datos en mano, para culminar nuestra labor, en conjunto realizamos el mapa de nuestra área detallando los datos que obtuvimos, realizamos el informe con la información requerida y de forma individual expresamos nuestra experiencia en esta nueva aventura. Una que personalmente, contribuyó al desarrollo de nuevas capacidades, entender con más precisión la utilización del GPS, reconocer la utilidad variada de la tecnología en la recolección de información, poner en práctica todo lo aprendido en clase y descubrir nuevas funciones tanto en el instrumento como en el programa ARCGIS al momento de realizar el trabajo en su totalidad.

No obstante, no sólo gané un conocimiento académico, sino que pude conocer más a fondo grandes compañeros. Gente humilde y sencilla que dentro de cada situación sacan lo mejor de sí. Mis compañeros de aventura, mi grupo de recolección de datos, mis amigos. Al iniciar el proyecto no teníamos idea que como organizarnos, pero luego de largos contratiempos pudimos lograrlo. De seguro, luego de mi relato, hubiese querido reírse y recolectar con nosotros. En fin, todavía no puedo creer la multiplicidad detrás del GPS tanto para recolectar información como para unificar cuatro compañeros de planificación.







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