Entre
la desesperación por el paso del tiempo, la calidad atmosférica y los días
invertidos que parecieron ser perdidos (porque de seguro no habría el mejor
PDOP), se supuso comenzar nuestra aventura de recolección de datos que nos
dirigía hacia el área # 3 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río
Piedras. Un Campus que nunca había experimentado y mucho menos caminado. Pensar que nuestros
pasos parecían no tener fin, hacían de esta expedición una para nunca olvidar. Comienzo
relatando que nunca pensé estar un sábado en la UPRRP junto a mis compañeros
que (riéndonos por no llorar) , al
madrugar nos encontramos con un GPS descargado que tendríamos que esperar hasta
el mediodía para utilizar. Esto es sólo el inicio, pues la travesía carga con
grandes recuerdos de los que hoy nos reímos.
Deseosos
por comenzar, luego de salir a almorzar porque mi inquietud ya desesperaba a
todos, tomamos el GPS rumbo a nuestra área. El lugar sólo
lo conocía nuestra guía turística, Gabriela, mientras Willie y yo aprendíamos a
reconocer lugares para poder saber dónde estábamos ubicados en caso de que nos
perdiéramos, pues ante un grupo medio inquieto, pero responsable, todo es
posible. Al llegar al punto de inicio, frente a la Facultad de Ciencias
Naturales, unos minutos pensamos que el dispositivo no se iba a conectar. Y es
que entre roja y verde, la pantalla del
instrumento provocaba nerviosismo, sabíamos
si podríamos ser capaces de recolectar
los datos. Ya conectado, verificamos el PDOP (4.4), la cantidad de satélites
presentes y comenzamos a recolectar aceras enfocándonos en su condición.
Motivados,
nos dimos cuenta de la incertidumbre presente al momento de delimitar el área a
estudiar, pues el reconocer hasta donde termina la recolección en el perímetro
era distorsionado por la continua presencia de árboles en el lugar. Ante estas
circunstancias, más el clima un poco inestable, nos dimos cuenta que las líneas
que supuestamente trazaban aceras aparecían como si estuvieran por encima de
los edificios y al recolectar con puntos nuestro primer letrero institucional sólo
aparecía en los atributos la opción estatal. He aquí cuando entró el pánico,
pensábamos que nos saldría bien de primera instancia, pero no fue así. Como
prepas en su primer día de clases, nos encontrábamos nosotros, aprendices de
una nueva tecnología que si no fuera por la práctica en el salón de clases y en
el campo con Alondra, ni siquiera hubiésemos sabido como recolectar.
Con
dichas circunstancias presentes y la preocupación de que no cuadraban los
atributos en la base de datos creada con los que aparecían en el GPS detuvimos
el trabajo para caminar un largo trecho hacia el laboratorio lo que cambio el
horario de inicio de 12:30pm a 3:47pm, tiempo inesperado donde se experimentó,
se recorrió y se enmendaron los errores que al parecer en primera instancia
nadie sabía a qué se debía. Queríamos hacer hasta una base de datos nueva, no
obstante, luego de revisar la base de datos, Gaby en conjunto con Willie, Giova
y yo encima de la computadora, se percató del tamaño de los “lenghts” al
momento de escribir los atributos. Con unos 10 “lenghts” marcados para una
palabra como institucional, jamás podría ser ejecutada, pues se excedía del
tamaño indicado. Ahí estaba el truco que nunca habíamos experimentado, pero nos
habíamos percatado. Ya habíamos solucionado lo que pensaba que fuese un problema
mayor. En cuanto a las líneas, todos preocupados buscábamos una respuesta en
estudiantes presentes con la respuesta menos esperada; eso siempre pasa…
también nos pasó… Interesante por demás, todos como que respiramos, nos
tranquilizamos y decidimos tomar fuerzas para continuar. Definitivamente, no es
lo mismo conocer la teoría, que la practica en su totalidad.
Ya
con más seguridad, regresamos al campo, reconociendo que nos encontrábamos
entre las facultades de Ciencias Naturales, Arquitectura y Bellas Artes; un
espacio amplio, y diverso. Allí entre lecciones de vida, conteo manual y experiencias
vividas hasta ahora en la escuela, comenzamos a recolectar desde el inicio las
aceras que bordeaban el perímetro, sumadas a todas las aceras que entre los
edificios se situaban, pasando el GPS de mano en mano para tener la experiencia
de un trabajo compartido. Entre líneas que marcaban y otras que no, buscamos
repetir lo que nos faltaba corroborando los pasos necesarios para la adquisición
de datos. Nos acordábamos mutuamente lo que se debía hacer en el GPS, repasando
lo aprendido en clase para poder lograr nuestro objetivo. Como primerizos, lo
que alguien pudiese hacer en corto tiempo, ese primer día nos tomó más de lo
que pensábamos, pero se pudo recolectar parte del trabajo. Era sábado,
terminamos a las 4:50pm. Si llegábamos tarde con el GPS al laboratorio,
imagínese como nos mirarían, para reírse, no; el tiempo esta monitoreado. Sin
embargo, terminamos el día con grandes expectativas reconociendo que a pesar de
las limitaciones pudimos unificar esfuerzos y conocimientos para salir
adelante.
Con
ímpetu y energía, ansiosos por culminar la recolección, nos encontramos los
tres mosqueteros el lunes 10 de noviembre desde las 9:00am para prepararnos y
caminar juntos hasta iniciar a las 10:00am la recolección de rótulos, vallas y
aceras que faltaban. Willie como todo un experto inicio la recolección,
mientras Gaby y yo identificábamos lo que nos faltaba, marcábamos los tramos y
realizamos un conteo manual de los datos recopilados. Entre intercambios de
labores, lluvias, sol y viento nos decidimos que sin importar las
circunstancias tendríamos que terminar la recolecta de datos. Así que,
acampando de rato en rato conociendo cada rincón de la universidad, corriendo y
huyéndole al agua que no se decidía si caer completa o por segmentos, puedo
decir que Willie y yo no sólo recolectamos, sino que fuimos instruidos por Gaby
en la famosa cultura de la IUPI, momentos para siempre recordar.
Entre
circunstancias fuera de nuestro control, pudimos concluir con nuestra
recolección a las 1:30pm, ahora pidiendo al cielo que el check in se pudiera
dar de forma correcta, porque si no, comenzaría otra nueva historia, esta vez
creo que sería menos divertida. Ya de camino al laboratorio, ya no era Gaby, la
guía, sino que entre nuestras risas por sus ocurrencias, era Willie quien ahora
nos daba el tour de la IUPI poniendo en función lo aprendido. Al llegar al
laboratorio nos percatamos que estaba cerrado, por lo que decidimos reunirnos a
las 5:00pm para ver si todo el esfuerzo podría ser concretado al momento del
check in.
Ya
con la colaboración de Giovanni, pudimos realizar el proceso con éxito. El
check in funcionó. De esta forma, pudimos identificar la recolección con poli
línea de 37 aceras bajo diversas condiciones
(25 buenas, 8 regulares, 4 malas). Utilizando punto demarcamos 16 vallas
de control de acceso condiciones similares (11 buenas, 2 regulares, 3 malas)
que se encontraban en áreas que controlaban (3 tránsito, 13 estacionamientos) y
que se destacaban por dar acceso a (11 entradas, 5 salidas). En adición,
recolectamos 91 rótulos con punto que estaban en múltiples condiciones y usos
(68 buenos, 9 regulares, 14 malos) (42 estatales, 49 institucionales, 0
promocionales) para una recolección total de 144 componentes en el área # 3.
Dichos atributos fueron consultados por los integrantes del grupo en consenso al
momento de realizar el feature class en la base de datos para igualar la
descripción de los datos que serían recolectados.[1]
Con
datos en mano, para culminar nuestra labor, en conjunto realizamos el mapa de
nuestra área detallando los datos que obtuvimos, realizamos el informe con la
información requerida y de forma individual expresamos nuestra experiencia en
esta nueva aventura. Una que personalmente, contribuyó al desarrollo de nuevas
capacidades, entender con más precisión la utilización del GPS, reconocer la
utilidad variada de la tecnología en la recolección de información, poner en
práctica todo lo aprendido en clase y descubrir nuevas funciones tanto en el
instrumento como en el programa ARCGIS al momento de realizar el trabajo en su
totalidad.
No
obstante, no sólo gané un conocimiento académico, sino que pude conocer más a
fondo grandes compañeros. Gente humilde y sencilla que dentro de cada situación
sacan lo mejor de sí. Mis compañeros de aventura, mi grupo de recolección de
datos, mis amigos. Al iniciar el proyecto no teníamos idea que como organizarnos,
pero luego de largos contratiempos pudimos lograrlo. De seguro, luego de mi
relato, hubiese querido reírse y recolectar con nosotros. En fin, todavía no
puedo creer la multiplicidad detrás del GPS tanto para recolectar información
como para unificar cuatro compañeros de planificación.
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