viernes, 14 de noviembre de 2014

Para los pichones; peces en la superficie dicen: ¿Planificar? ¿Para qué? - Alondra G. Ocasio de Jesús


Ante todo quisiera felicitar a mis compañeros(as) como gestores(as) de este espacio para la expresión, reflexión y por tanto el tan pertinente diálogo. Como profesionales debe ser esta nuestra prioridad. Este espacio  Representa una oportunidad para encaminarnos más hacia la armonía entre el aprendizaje teórico aplicado a la diversidad de posibilidades que se encuentran en la práctica. Es a partir de la discusión e intercambio de ideas que se llega a este punto. La primera publicación presentada por nuestro presidente del consejo de la EGP, George Davis Santiago (Los Pichones en Taiwán) ha inspirado orgullo e interés de ser parte de la conversación. Espero que al igual que George estas palabras  faciliten una de más ocasiones para conversar e incluso debatir críticamente sobre la diversidad de asuntos que mantienen el propósito de planificar.

 

Quisiera comentar sobre la finalidad del ejercicio de esta profesión. Me pregunto ¿planificar para qué? Ciertamente podríamos contestar fácilmente,  como ha sido recitado innumerables veces en el aula; para la acción. No cualquier tipo de acción, sino aquella que optimiza. Pero, me inquieta esta filosofía o razonamiento cuyo producto en el presente evidencia el resultado de un ejercicio casi puramente lineal. Antes de que me tiren con bloques de cemento o con el dispositivo con el que leen el texto, digo que estoy consciente de que la discusión del asunto no se lleva de manera tan ligera por nuestros(as) queridos(as) profesores(as). En la EGP se hace con la mayor excelencia académica  énfasis sobre la tormentosa complejidad de la realidad  y de los problemas que se entretejen ocultando los factores centrales que inciden en su multiplicidad. No obstante, mi incomodidad se encuentra en cómo  este proceso, donde se fomenta con  peso mayor  los acercamientos y posturas de carácter objetivo, se puede perder  el sentido de  su propósito principal. ¿Cuál será el fin ulterior de un plan para la reforestación del espacio urbano o del ofrecimiento de un mejor programa de viviendas para las comunidades desplazadas? Planificación sostenible, ¿en fin de sostener qué?

 

Es mi opinión que el ejercicio de este cuestionamiento de manera crítica requiere espacio para la reflexión política.  Y ya que nuestro contexto lo requiere, hago la salvedad de que no es del tipo político-partidista. Se trata de sumergirnos hasta ahogarnos dentro del proceso donde aprendimos a aprehender. Hago esta alusión, pues recientemente participé de un seminario en donde el Profesor Alejandro Grimson comentó que los peces no se daban cuenta de estar en el agua hasta que salían a la superficie. La planificación es una acción política y por tanto de no agenciarse de manera crítica sobre este carácter, su función será subordinada al orden que le reconoce. ¿Cuestionamos de manera integral el contexto sociopolítico de nuestro país? ¿No sabemos cómo nos lleva la corriente, si en las profundas aguas del mar Caribe o contra la de un río en el norte como los salmones?

 

La experiencia en el proceso de aprendizaje ha tenido su ocasional tropezón con la discusión de este asunto. No obstante, se reduce a una evaluación superficial en donde se dirige a la importancia de mantener una postura de estricta objetividad. Entiendo es importante encontrar un balance en este ejercicio, en donde las técnicas y razonamiento lógico se combinan junto a nuestra óptica intersubjetiva. Ir de adentro hacia afuera. El lugar donde se encuentran las consignas de por qué tenemos ciertas opiniones, aspiraciones e incluso preferencias vis a vis el contexto político para el que planificamos. Es posible que no sea agradable lo que encontremos. De ser así, no significa que no tiene propósito planificar o que  debemos adoptar una posición nihilista. Sino que tengamos (a diferencia de los peces)  conciencia del agua en que nadamos y pensemos el  para qué nosotros(as) queremos planificar. Esto puede que implique que tengamos mayor entendimiento sobre las oportunidades y amenazas en el cumplimiento de esta determinación, producto del ejercicio de la consideración integral del contexto en que nos encontramos.

 

Presentar conclusiones o respuestas finales sobre el asunto no es la intención de esta reflexión. Más bien es una invitación a la formulación de interrogantes que profundicen este debate. Como, ¿para qué se planifica en un país colonizado? o ¿para qué se planifica para el mejoramiento de la calidad de vida de cierta comunidad con el auspicio de corporaciones cuyo ethos incluye apoyarse en tener la misma personalidad jurídica que un ser humano? Estos cuestionamientos, quizás sin respuesta definitiva, puedan ser pivotes en los cursos de nuestras decisiones. Aunque siento todavía sigo nadando sin encontrar la superficie para ver donde me encuentro; considero este camino como parte crucial de mi compromiso profesional y personal de actuar con un propósito y espero con entusiasmo sus respuestas o reacciones a esta invitación.

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