Cuando retomé
mis estudios en Planificación me preguntaron ¿para qué quería estudiar eso? Si
en este país no se planifica nada. Mi
contestación rápida a esa percepción, de la mayoría de las personas, fue que en
éste país si se planifica y mucho, lo que nos falta es implantación.
Constantemente y
a diario nosotros planificamos de una manera u otra. Por ejemplo cuando planificamos las salidas
diarias y establecemos prioridades en el viaje, lo que haremos en el fin de
semana o en nuestras vacaciones. Muchas
veces esto planes cambian o se modifican dependiendo de factores que influyen
en el desarrollo de los mismos. Ejemplo
de estos factores son: un cambio imprevisto o nos quedamos sin presupuesto para
el viaje.
Estos mismos
factores son los que afectan la implantación los planes a nivel de país. Se establecen unas políticas públicas y se
desarrolla el plan pero luego no se implanta.
Esto puede deberse a un amplio espectro de razones: no hay voluntad política,
no se atendió adecuadamente, el problema (¡sí, hay malos planes!) o no hay
presupuesto entre otras cosas. A nuestro entender, el caso que más nos afecta en Puerto Rico es el
de la voluntad política. Esa fuerza decisiva
de querer hacer las cosas y proveer los mecanismos de ejecución para que se lleven
a cabo las acciones conducentes para la implantación del plan. Básicamente, se piensa que “si no lo hicimos
nosotros, no sirve; tenemos que hacerlo diferente”. Es esta visión egocentrista la que nos ha
costado mucho y hace que arrastremos los pies en vez de montarnos en la
autopista del desarrollo.
Sabemos que los
planes no son ni pueden ser estructuras rígidas e inamovibles, tiene que tener
la suficiente flexibilidad para poder adaptarse a nuevas situaciones de cambio
y poder integrar una solución al problema planteado. Esto se debe a que los planes se desarrollan
bajo un contexto histórico el cual va a cambiar con el tiempo. Por eso no podemos implantar un plan sin
antes actualizar sus objetivos y sus metas.
Hace unos días dialogaba
con una compañera de estudios, sobre el Tren Urbano, comentábamos sobre la
situación que obligaba a la administración a reducir el horario de operaciones
y al aumento del costo. ¿Cómo era
posible que se hubiese planificado algo así?
Le comenté sobre cómo el diseño y la alineación del mismo influye en su
poco volumen de usuarios. Popularmente
se dice que el Tren Urbano es utilizado, mayormente, por estudiantes y
abogados, porque conecta los principales centros educativos del Área
Metropolitana, el Tribunal Superior de San Juan y el de Bayamón así como la
Universidad de Puerto Rico y la Universidad Metropolitana. Por otro lado, también conecta otras agencias
de gobierno y centros de salud. Esta
alineación sirve unos propósitos de viaje limitados porque su concepción
original es de finales de los años 60 y principios de los 70. Bajo el proyecto “Transportation & Urban
Settlements Combined Action Project (TUSCA)” se diseñó un sistema de
transportación masiva para toda las isla.
Este plan integraba la transportación con los usos del suelo. Nunca se concretizó porque el gobierno no
estuvo dispuesto a invertir los recursos necesarios para el mismo.
Para principios
de los 90 se comenzó a evaluar alternativas de sistemas de transportación
masiva y en 1996 se realizó la selección de lo que conocemos hoy en día como el
Tren Urbano. ¿Cuál fue el problema? Que
se utilizó la misma alineación (servidumbre de paso) establecida en los años 70
y no se utilizó ni revisó el componente del uso del suelo. Mucho había cambiado en 20 años, la geografía
urbana, los costos y la tecnología.
Ahora teníamos la voluntad política, la programación y el “presupuesto”
(el costo terminó triplicándose).
En resumen nos
sobró voluntad pero fallamos en preparar un plan realista o a lo mejor se hizo y
simplemente se ignoró. Este es uno de
los ejemplos donde nos quedamos cortos en algún componente de la
planificación. Un ejemplo sumamente
gráfico debido a los costos y cargas que hemos pasado a futuras generaciones.
Solo hay que
estudiar un poco la historia de la Planificación y veremos que existen miles de
planes los cuales se han completado, otros se han quedado a medias y otros
simplemente no se implantaron. La
inversión en tiempo y dinero, eso es tema a parte.
Como estudiantes
estamos ávidos de salir al mundo profesional para poner en práctica lo
aprendido en la academia; pero es sumamente importante tener en cuenta los
actores principales en las tomas de decisiones. Hay que recordar que son estos últimos los que
tendrán el poder de implantar el plan y la estrategia sugerida o por el
contrario engavetarlo. No perdamos el
ánimo ni el norte y vamos a planificar. Al Final, todos queremos un mejor
Puerto Rico donde vivir y debemos ser parte de las soluciones, aportando a un
proyecto de país en el que todos contribuyamos desde nuestros roles y visiones.
Excelente articulo! Si, hay que mantener el animo y seguir planificando, aun que es bien dificil no desesperarse con el revolu politico.
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