miércoles, 26 de agosto de 2015

Planificación : ¿ Y eso con qué se come? Por Karla Cristina Torres Cruz


                                                      


    Parecería tratarse de algún chiste mal gusto cada vez que algún pariente o vecino común me pregunta: -“¿A qué te dedicas?”- La tierna y cándida pregunta coloquial que nunca parezco  poder responder  en una sola oración sin armar un debate de armas tomadas.

-Planificación- respondo.

De la baqueta, comienzo a organizar el torrente de contestaciones consecutivas que tendré que lanzar a lo “batallón” en defensa propia.

Claro, como si ser estudiante de maestría en tiempos de crisis no fuera motivo suficiente de cuestionamientos y ataques.  Súmale a eso tener que prepararte para la ola de gente que piensan que estas “mirando pal’ techo” porque no te dedicaste al Derecho o la Medicina.

Un alto por ciento de las veces llega el comentario: -“¿eso es como de eventos y bodas y esas cosas verdad?-. Las temperaturas del cuerpo se elevan, el pulso se acelera, y un suspiro hondo y largo tiende a aparecer reflejado en el rostro.

-No- Respondo.                                                                                                                 

Ya en mi caso, tercer año de maestría, varios internados y más  reuniones familiares de las deseadas, me habita en defensa propia un cinismo terrible como reacción al agotamiento de contestar. Y para terminar la conversación rápido, evadir conflictos o evitar que se me caliente la cerveza, respondo frecuentemente:-“Seguro, eso”- o -“Algo así…”.-

Más alarmante aún es el segundo torrente de comentarios con el que  tropiezo: -“¡Bah! Suerte ahí. Si en este país lo menos que hay es planificación”. De momento, el ánimo que nos traía la mochila nueva, los bolígrafos con diseñitos y, claro, las clases, colapsan.

Claro, y ahora que andamos en tiempos de sequía, como si el baño a cubitos no fuera suficiente, prendes el televisor, sale el noticiero, y en menos de media hora escuchas tres veces el comentario: “esto es culpa de la mala planificación”

Ah! Claro, ahora existimos.  

¿Cómo puede ser aceptable  que nuestra profesión venga vestida de tanta burla?  Peor aún, la desesperanza que se respira en nuestro país llega a tal nivel, que el hecho de ejercer una profesión que contemple una posibilidad de cambio real es motivo justificado para ser  humillados.

Confieso que cuando llegue a la Escuela Graduada de Planificación (EGP) no tenía idea de lo que estaba haciendo ni sabía qué realmente era la planificación. Primer año y me toca tomar clases con “Navas y Gutiérrez”.  Escuchar estas clases me hacía sentir como si el país  estuviese reclutando “Avengers” y “esta que está aquí”, apenas puede hacer una avena. 

En el momento era desesperante. Mis compañeros de Bachillerato haciendo “lo suyo” y yo aquí  volviendo a empezar. En retrospectiva, me alegro de haber aceptado el reto.  La planificación como profesión  interdisciplinaria es una herramienta polifacética, creativa y dinámica. La misma trabaja para optimizar el bienestar de una ciudad y sus partes.  Un planificador puede crear desde un sistema de transporte colectivo hasta un programa de disminución de animales “realengos”.   Ser planificador trasciende un empleo, ser planificador es un estado, un estilo de vida, un modo de ver y ser.    

 
No es noticia nueva el  que pocas personas  consigan de primera instancia las experiencias a las que aspiran. ¡No nos desanimemos! La academia, los profesores las experiencias laborales son herramientas para transformar nuestra sed de cambio en un plan real, viable y posible.  Nos toca llevar a la mesa una transformación real y hacer del espacio uno nuestro. Haremos de nuestra profesión lo que nos propongamos hacer de ella.  


En arroz y habichuelas, no es la flecha, es el indio. ;) 

 Sumo a esto que no está mal cambiar de sueño,  represar el espacio e incluso a nosotros mismos. Lo único constante es el cambio, y  jamás deberíamos doblar el lomo sólo porque seamos parte de un nicho de entes analíticos, casi “misfits”,  que se empeñan transformar, desde el modo en el que hacemos la fila del tren hasta el modo en que coexiste una comunidad.

                                           

¡Mangas al codo pichones!

El país nos necesita.

La planificación, como todo arte, se redefine en la vanguardia.

 

“La crisis, es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.”-Albert Einstein -

 

 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Alodra Ocasio: Reflexión sobre el impacto de las Ayudantías estudiantiles




Saludos y felicitaciones nuevamente a las personas que por medio de su incitativa, apoyo técnico escritos o lecturas, facilitan este espacio específicamente dirigido a la reflexión constructiva. También quisiera aplaudir a los(as) compañeros(as) que desfilaron en nombre de la EGP este 17 de junio de 2015 en su tan merecido día de graduación. El asunto que discuto en este escrito se relaciona a la importancia de las contribuciones como estas, que hacen de nuestros gestos, ejercicio que aporta contenido. Los conceptos no tienen significado sin un sentido o propósito que les defina. Este asunto se puede contextualizar a diversidad de escenarios. Como estudio de caso elaboro mi punto utilizando como ejemplo el significado del concepto o idea de la verdad  y su relación a la realidad que se enfrentará ante la cada vez más reducida oferta para muchos(as) estudiantes gozar de los beneficios que tuvimos aquellos(as) que participamos del programa PEAF.

¿Qué es la verdad?

Este concepto es frecuentemente usado, especialmente como estandarte o escudo en debates políticos, entre otras situaciones. Es así que como planificadores(as) o ciudadanos(as)  podemos incurrir en el error de entender o utilizar este concepto equivocadamente. La verdad o lo cierto, como sinónimo de lo correcto. La verdad del mundo en que vivimos es muy triste. Recordemos que para muchos(as) de nosotros(as) fue el interés o la necesidad de transformar la verdad de nuestro entorno, la principal motivación para aprender sobre esta disciplina dirigida a la acción. Por esto pienso que la verdad puede ser otra herramienta retórica para justificar lo injustificable y desprestigiar los sueños de un mejor mundo por quizás ser todavía una mentira. Como por ejemplo, vivimos en un mundo intolerante, que sea verdad no quiere decir sea correcto. Es verdad que las formas de discrimen como la xenofobia son parte de nuestra cultura, y por esto ser verdad, no progresamos.

La verdad sobre el programa PEAF, ¿Una oportunidad para empezar procesos de transformación desde nuestro recinto?, ¿La verdad y nada más? ....

Es cierto que participar del programa PEAF significa que los(as) estudiantes reciben un estipendio a cambio de una experiencia formativa para brindar recursos y apoyo al recinto de Río Piedras del sistema UPR, que de otro  modo les representaría un mayor gasto y una cada vez menos atractiva oferta para potenciales candidatos. No obstante, recientemente este programa al igual que otros (PET y Jornal) son desmantelados, producto de los recortes para la estabilización de la crisis fiscal que se enfrenta. La verdad es que esta realidad es perjudicial para la revitalización de muchos programas pequeños como nuestra escuela y la oportunidad de continuar los estudios graduados libre o casi libre de deudas.

La verdad es que los(as) estudiantes que eligen entre la “variedad” de trabajos disponibles en el mercado y el PEAF tendrán más tiempo para trabajar en su tesis de maestría o doctorado. Esta verdad es positiva para aquellos(as) que aun teniendo un bachillerato o maestría no han encontrado trabajo, si tienen trabajo no es una real fuente de ingresos que subsidie sus gastos como estudiante  o quieren hacer de la experiencia graduada su única dedicación. Además de ser una elección más conveniente para algunos(as), la participación es condicionada al desempeño académico como estudiante a tiempo completo entre otros criterios.

Los detalles sobre por qué tomé la decisión de someter una solicitud a este programa y participar por 2 años luego de ser aceptada no viene al caso, lo que es relevante para esta discusión ha sido el impacto que tuvo en mi vida. Pues ha sido una oportunidad que amplio mis experiencias profesionales y académicas para facilitar este más preparada ante la triste verdad del mundo laboral. También brindó una mínima estabilidad económica, mientras me esforcé para contribuir por medio del aprendizaje positivamente en nuestra sociedad. De esto ante todo estoy muy orgullosa, pues si algo debería ser verdad, es que el aprendizaje es una importante tarea para que las ideas y acciones tengan propósito y por tanto contenido.

El trabajo de los(as) estudiantes debería ser tomado más en serio. Pues al igual que otras labores como el mantenimiento del hogar y el cuido de la familia se trivializa por su desconexión a la producción de bienes materiales específicamente económicos e inmediatos. La visión sobre el trabajo de los(as) estudiantes es cada vez menos representativa del producto que tiene para la sociedad. ¿Qué dice esto de los valores de nuestra sociedad?, ¿Qué el trabajo que se hace sin compensación económica deberá ser menos valorado y que el desarrollo de incentivos para que se continúe no es necesario? Esta es una triste verdad. Pues aunque como todo en la vida, algunos(as) tomaran su trabajo más en serio que otros(as) el hacer generalizaciones o no considerar la diversidad de dimensiones que tiene un asunto será representativo de un pobre análisis. Pues si algo pudiera beneficiar a la universidad ante las dificultades económicas que enfrenta sería la planificación estratégica para el empleamiento de los recursos que mejor evidencia su calidad, sus estudiantes.

Los títulos no son nada sin contenido

El trabajo para obtener nuestro título de maestría no será vacío y tendrá contenido cuando lo definamos por medio del cumplimiento del fin que tiene. Demostrar por medio de nuestras acciones  aplicamos este aprendizaje por el cual recibimos este mérito. Aunque algunos(as) ya no tengamos esta preocupación, pues no tuvieron la necesidad de aprovechar esta oportunidad o ya hayamos asegurado los años que podemos sacarle provecho a los programas para estudio y trabajo, no dejemos pasar las oportunidades para discutir y atender estos asuntos en la medida que podamos.

Si algo aprenden los pichones de planificación es que la clave para la resolución de problemas requiere de análisis integral. Sobre todos los factores que inciden en la multiplicidad de un asunto para identificar las oportunidades que hacen de la triste verdad, una nueva mentira de la realidad. Les invito a que no limitemos el ejercicio teórico al aula y que apliquemos el conocimiento para el mejor manejo de situaciones que nos tocan de cerca, como los recortes de fondos a los programas de apoyo para los(as) futuros(as) estudiantes. Pues al igual que en escenarios en donde se manifiesta la injusticia hacia personas por sus diferencias, toda instancia que atente contra la dignidad o derecho de equidad de un ser humano, nos afecta a todos(as) por igual.

Hasta la próxima y como empieza una hermosa canción de Mercedes Sosa:

“Que vivan los estudiantes
Jardín de nuestra alegría
Son aves que no se asustan
De animal ni policía”

#foros_ reflexión_construciva